100 Trinches Pesos




La entrada especial (no programada con un artículo de relleno) del día hoy corresponde a una situación que acaba de ocurrirme en los albores del mediodía en una conocida plaza comercial localizada en Lerma, Estado de México; la cual todo el Valle de Toluca reconoce como Plaza Sendero. En ese sitio como todo buen ciudadano, fui a realizar algunas compras aprovechando un tiempo libre, como no cargaba con suficiente efectivo, me dispuse a retirar unos pesos de uno de los cajeros ubicados a la mitad del lugar, donde tuve la desgracia de que la méndiga máquina me diera un billete de 100 pesos roto, el cual, aunque sea una cantidad insignificativa para muchos (ya que se puede gastar rápidamente en invitar a la novia al cine o a tomarse un café, o en el gasto de un 12-pack de cervezas más botana), detonó todo una aventura que lamentablemente no pude registrar en video, pero espero que este blog sirva para ver las fallas de prácticas de comercio de algunas empresas, y de cómo los bancos son unos mercenarios que sólo buscan exprimir el dinero para ellos.

Cajeros de donde saqué el billete en mal estado.

Nótese que el billete está roto en su parte lateral izquierda y lo pegaron con cinta adhesiva, lo cual, la publicidad del Banxico establece que es válido y que CUALQUIER NEGOCIO O BANCO PUEDE RECIBIRLO.

Siendo observadores, que casualidad que en el vídeo no estén permitidos los comentarios, entiendo que hay mucho troll, pero quitando eso, ¿Por qué será?
El billete en sí ni me beneficiaba ni me perjudicaba, pero yo tenía un vago recuerdo de que en uno de los bares de la pretensiosa ciudad de Metepec (dónde muchos se sienten de la alta sociedad y más desde que son pueblo mágico, y no lo digo por demeritarlos, sino porque es la verdad) me habían rechazado un billete y el mesero hasta se me puso fresa, y tuve que salir esa vez a un banco para que se calmara el empleado y no tuviera más inconvenientes (a mí no se me da ni quiero protagonizar incidentes de prepotencia, como a muchos conocidos y desconocidos les da por tener a la menor oportunidad), por lo que ante la anécdota, quise pagar con él en cualquiera de los negocios en los que estaba dispuesto a realizar mis compras (total, si muchas trasnacionales tienen sus sucursales en esta plaza y entregan sus cuentas en camionetas de valores, no debería haber bronca, menudo iluso soy yo, lo sé J), y el primer negocio que voy a quemar con esta situación va a ser Ópticas Devlyn, y la crónica sigue en el siguiente párrafo.
Ópticas Devlyn sucursal Plaza Sendero.
¿Qué tengo que hacer en Ópticas Devlyn?, pues como soy una persona que tiene problemas de la vista y soy demasiado orgulloso para usar lentes, me veo en la necesidad de tener que comprar lentes de contacto, donde por desgracia, en Devlyn son los únicos que manejan este producto para astigmatismo y miopía sin tanto rollo y a un precio accesible (lo sé, la competencia en este rubro no es muy fuerte en nuestro México lindo y querido) y en sí lo único que fui a hacer ahí fue comprar la solución para mis lentes de contacto. El problema suscitado aquí es que el encargado de ahí no me quiso recibir el billete alegando que disque no se lo reciben, yo le recete la publicidad del Banco de México pero le valió, y como a mí me urgía el producto (ya que esa solución es algo necesario para todos los que usamos pupilentes) pues le di un billete que no tuviera defectos, olvidándome de pedirle la nota (gran imbecilada mía, lo sé).
Con Devlyn el detalle no es sólo que no recibiera el billete, si no que siempre que compro en cualquiera de sus sucursales (ya sea Toluca, Metepec, Lerma, Satélite, Observatorio, etc.) casualmente nunca tienen sistema y en muchas ocasiones se hacen los mensos, o te hacen la nota de mala gana escribiéndola a mano. Uno puede entender que los empleados no ganan mucho y que eso que dejan de facturar es ganancia neta para ellos, pero esas son prácticas incorrectas, y si tanto fregamos a los políticos por sus prácticas corruptas, creo que nosotros mismos también debemos dejar de hacer ciertas malas prácticas (o tolerarlas, donde lamentablemente por el coraje del billete no admitido lo deje pasar L).
Realizada esta compra y otras más (donde por el monto no tuve que usar ese billete), recordé la famosa publicidad y bien ilusionado pensé que cualquier banco me admitiría ese billete para que los vendedores de esta plaza no se pusieran fresas y de esa forma yo ya no derramará más bilis, y primero pasé por Banamex, el cual estaba saturadísimo de gente y lo dejé a un lado, pasando a Caja Libertad, la cual yo sé que no es banco (no es por presumir, pero soy Licenciado en Economía) pero si se jacta en su publicidad de ser una cooperativa confiable y disque buena onda con las familias mexicanas, ¿Qué les costaba recibirme el billete de 100 trinches pesos (por no decir pinch&es)?, pues obvio, no me lo admitieron argumentándome que “no son una institución financiera, que por qué no mejor pasaba al Banamex”, a lo que respondí “que estaba lleno y pensaba que ellos me ayudarían, pero dado que no, muchas gracias”, y muy digno me salí.  Dado este paso, algo me indicaba que esta peculiar aventura no tenía señales de acabar muy pronto.
Caja Libertad sucursal Sendero.
Ante el argumento dado por los señores de la Caja Cooperativa Libertad, recorrí unos pasos para adentrarme en otro de los bancos de esta plaza, y ante el lleno presente en Bancomer (del cual también tengo muy malas experiencias, pero esas no saldrán a relucir ahorita), pasé mejor a Banca Afirme, un banco que se jacta de ser de los pocos con capital mexicano mayoritario, pero que siempre en cualquiera de sus sucursales lo veo vacío, por lo que muy optimista me adentré y le pregunté a uno de sus empleados si podía cambiar el billete roto (para evitarme filas de a gratis), a lo cual muy conchudo me contesta que mejor pasé a ventanilla, como buen ciudadano voy ahí, y el encargado que era una persona de complexión gruesa con lentes y de camisa rosa (no estoy bromeando), me dice que no puede recibirme el billete de 100 pesos ya que sólo puede recibirlos antes de las 12 (disque por disposición del Banxico, lo cual contradice al comercial) a menos que fuera cliente de ahí, todo esto complementado con lo que me pareció una sonrisa burlona del empleado, situación a la que mejor me di vuelta y dije que esas eran chingaderas y me fui a otro banco, a darle fin a este suceso que se convirtió en un particular experimento social.
Si así tratan a la potencial clientela, no me sorprende que no tengan muchos clientes, y lo siento porque ya no hay muchos bancos mayoritariamente mexicanos, pero si son mediocres, ahí tienen su recompensa.
Pensando en la lógica planteada en lo anteriormente sucedido, volví a Banamex esperando que ya no hubiera mucha fila, cosa que afortunadamente sucedió, y precavido ante cualquier situación desfavorable que pudiera ocurrir, saque mi tarjeta de cliente y cuando me tocó mi turno (yo sé que muchos a la Viva México se hubieran colado a ventanilla, pero mi sentido de civilidad -que está muchísimo más desarrollado que muchos de los que me rodean- no me lo permitió) procedí a pedir el cambio del billete, el joven que me atendió como que ya tenía la programación de querer rechazármelo (se vio en su rostro), pero cuando saqué la tarjeta aclarando que soy cliente Banamex, la política de darle prioridad al cliente disque le salió a relucir, y arregló todo diciendo que sí me lo aceptaba, pero que en dado caso me hubiera colado y luego luego haber pedido eso sin necesidad de sacar turno (pero hubiera hecho eso, no faltaría el señor@ amargad@, con familia que disque mantiene y tiempo que disque no quiere desperdiciar que ya me hubiera reclamado y jodido porque me metí arbitrariamente, cosa que teniendo yo tiempo y ganas de no tener muchos problemas de a gratis –como a muchos si les gusta, pero eso es otro tema- evité, porque aclaró, me defiendo tantito, ya medio mundo molesta con que me malviajo, y como me da hueva discutir con gente pendeja –sí, de las pocas groserías que meto en el blog, y agregó, es una de las principales causas por las que casi ya no me meto a Facebook ni chateo-, mejor deje pasar). Solucionado el problema, no quiero dejar pasar estos detalles que comentaré a continuación.
No soy experto en Derecho (de eso no soy licenciado, aunque muchos se las dan de especialistas y ni saben nada, pero eso es otro tema), pero la publicidad del Banco de México es engañosa, ya que me consta que muchos te rechazan un billete roto o quemado con argumentos hasta infantiles, y lo peor de todo, los bancos también entran en el juego y por lo que vi, a menos que seas cliente, te hacen caso, si no, ya te jodiste. Por suerte esos $100 pesos me sirvieron para este experimento social, pero ¿Qué hubiera pasado en el caso de alguien pobre que sólo contará con eso para pasar el día y por lo tanto si lo hubiera necesitado demasiado?, sin lugar a dudas la hubiera pasado muy mal, y ante estos “ejemplos de la vanguardia empresarial” (o el adjetivo que les quieran poner las sonsas revistas de negocios, con todo respeto) y el poco caso a la ley que tienen las instituciones financieras, pues si me da terror que si todo esto paso por 100 trinches pesos, no me quiero imaginar que acontecería con casos un poquito más relevantes.
Espero que este derramamiento de bilis de manera constructiva lo lean bien y si tienen algún comentario al respecto, o anécdota, háganmela saber y divulguémoslo, ya que lamentablemente si los ciudadanos no hacemos algo, más tonterías al respecto pueden ocurrir, y sólo quemándolos en la imagen pública es que como he visto que medio corrigen las cosas tanto los negocios de vanguardia como los bancos (y otros personajes que se sienten de alta alcurnia). Igual, si se trata de una crítica constructiva (de las que no sean sólo por el afán de chingar al prójimo), será bien recibida.

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