Había una vez un rey a quien le encantaba oír cuentos. Apenas se terminaba uno cuando ya quería que otro cuento empezara, y no había narrador que aguantara ese maratón. El rey era caprichoso como un niño malcriado, y a tanto llegó su deseo de escuchar cuentos, que no se tentó el corazón y ofreció la mano de su hija al hombre que fuera capaz de contarle un cuento que no terminara nunca. “Cuando yo muera – decía -, él heredará mi reino, pero si no puede continuar el cuento indefinidamente, le cortaré la cabeza”.
Mostrando las entradas con la etiqueta Granos de Trigo. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Granos de Trigo. Mostrar todas las entradas
El cuento de nunca acabar
Etiquetas:
Armida de la Vara,
Cuento de Nunca Acabar,
Cuentos ininterrumpidos,
El cuento de nunca acabar,
Granos de Trigo,
Langostas,
Quinto Grado Lecturas,
SEP
Ciudadano del mundo, economista de carrera, bloguero por pasatiempo, docente por situaciones del destino
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
La recomendación del momento
Armida de la Vara – Estampa de otoño
Por toda la casa se esparce un olor agridulce a membrillo, a orejones de calabacita y pera, a pasta de higo y a ejotes pasados por agua que,...
Lo más popular de la semana
-
En esta entrega de los “queridísimos” trabalenguas, se da una lista de esos ejercitadores de la lengua que tienen a algún elemento de la...
-
La 1° cultura (al menos de la que se tiene un registro) en aparecer en Mesoamérica, y que es conocida como la "cultura madre", es ...
-
La organización lineal tiene sus orígenes en la organización militar de los ejércitos de la antigüedad y de la época medieval. El princi...
-
La orden hospitalaria de los Betlemitas se fundó a mediados del siglo XVII en Guatemala y su creador fue Pedro de San José de Betancourt...
-
¡Qué lindo, vengan a ver qué lindo: en medio de la calle ha caído una estrella;