La tarde.
Ruedan las olas frágiles
de los atardeceres
como limpias canciones de mujeres.
La tarde.
Ruedan las olas frágiles
de los atardeceres
como limpias canciones de mujeres.
Si camino paso a paso hasta el recuerdo más hondo, caigo en la húmeda barranca de Toistona, bordeada de helechos y de musgo entrañable. Allí...