¡Lo he comprendido al fin:
oigo un canto; veo una flor;
oh, que jamas se marchiten!
¡Lo he comprendido al fin:
oigo un canto; veo una flor;
oh, que jamas se marchiten!
Los aztecas tenían un gran sentimiento religioso; sus costumbres, sus vestidos, sus adornos, sus construcciones, sus cultivos, la guerra, todas sus actividades estaban unidas a la religión.
El Hijo Eterno es el eterno Verbo de Dios. El Hijo Eterno es la expresión perfecta del “primer” pensamiento absoluto e infinito de su Padre ...